La Justicia de la Ciudad de Buenos Aires ha decretado la interrupción temporal de las labores en curso llevadas a cabo por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) en el área de la Reserva Ecológica Ciudad Universitaria – Costanera Norte. Estas actividades comprenden la edificación de dos establecimientos de restauración, las cuales habían sido objeto de desaprobación por parte de la comunidad académica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEN) de la UBA. El centro de estudiantes de esta facultad presentó una solicitud de amparo que finalmente resultó en la suspensión de las construcciones.

La determinación fue tomada por la jueza Andrea Danas, quien ostenta el cargo de jueza en el juzgado de lo Contencioso, Administrativo y Tributario N°9 de la Ciudad. La magistrada optó por emitir una medida precautelar con el propósito de detener las obras. En su sentencia, la jueza hizo hincapié en que «no se ha evidenciado la realización del proceso de Evaluación de Impacto Ambiental» del proyecto a partir de las pruebas presentadas en el proceso. En consecuencia, ordenó a la administración local que en el plazo de diez días presente dicha documentación en el expediente. Hasta que esto no suceda, la jueza Danas dispuso que «se mantendrá suspendida la ejecución de todas las construcciones».

En la solicitud de amparo presentada por el centro de estudiantes en colaboración con la Fundación Ciudad, se señaló que las actividades en curso, que abarcan tanto los establecimientos de restauración como un centro de interpretación, conllevaban un potencial «detrimento al entorno ecológico» de la reserva. A través de un documento extenso de 70 páginas, acompañado de más de 1500 páginas de anexos documentales y pruebas, enfatizaron que «nunca se proporcionó información verídica en relación a la totalidad de las construcciones realizadas» y que solo pudieron obtener esta información después de «una minuciosa búsqueda por su cuenta» debido a «la marcada resistencia por parte de las autoridades gubernamentales».

Después de que las labores comenzaran en la Reserva, el Consejo Directivo de la FCEN emitió una resolución en la que expresó su «profunda preocupación por las actividades en curso» y subrayó que la Facultad no fue consultada previamente antes de la ejecución de las obras. Además, advirtieron que «la instalación de establecimientos de restauración podría tener un impacto adverso en la biodiversidad y en la distribución y dinámica de las poblaciones».

La vasta área de conservación alberga una diversidad de más de 800 formas de vida, compuestas por aproximadamente 500 especies de fauna y el resto de flora. La salvaguarda de esta Reserva está regida por un «Plan de Administración» en colaboración entre la UBA y el Gobierno de la Ciudad, que se prevé implementar desde 2021 hasta 2031. Este plan también contempla la creación de instalaciones destinadas a las visitas.

Con respecto a este propósito, la Secretaría de Ambiente de la Ciudad de Buenos Aires ha diseñado un conjunto de proyectos que engloban señalización, vías para bicicletas, una zona de servicios sanitarios y las «áreas de atención» que incluyen los establecimientos de restauración en el interior de la zona protegida. Similarmente, se están construyendo dos bares en la Reserva de Costanera Sur.