La película «Barbie» apareció en los titulares con su actuación récord en la taquilla estadounidense, recaudando US$ 155 millones durante su primer fin de semana. Es la apertura más exitosa del año hasta ahora y el debut más abultado de una película dirigida por una mujer.
Aparte de su éxito comercial, la película de Greta Gerwig también está captando una atención de alto perfil por su posición sobre el patriarcado. La película se basa en la idea de que Barbie y Ken visitan el mundo humano donde los hombres están a cargo y Ken, disfrutando de su trato en una sociedad patriarcal, se propone tratar de convertir a Barbieland en una sociedad patriarcal.
No obstante, quizás por las expectativas generadas, hay quien se queja de que no es una buena película sobre feminismo. De que hay miles de películas mucho más feministas, que no han tenido la misma repercusión. Y es cierto, ¿pero hasta qué punto es eso algo malo?
En Barbie se exponen los problemas del patriarcado mediante algo similar a una reducción al absurdo. Se muestran los extremos. Por un lado, el mundo inicial de Barbie, en el que el poder reside en las mujeres, y por otro, el nuevo modelo impuesto por Ken tras viajar a la vida real. Puede que no sean extremos reales, y eso es lo que ha molestado a algunas feministas, pero también es cierto que es una forma curiosa de exponer el problema, sobre todo a las niñas y adolescentes que vayan a ver la película pensando que solo van a ver la vida de una muñeca.

Algo que llama la atención de la primera parte de la película es la contundencia con la que Barbie rechaza a Ken cuando este le propone quedarse en su casa. “No, porque no quiero”. Con una sonrisa y sin afán de hacer daño. Simplemente expresa su opinión.

Barbie vive en un mundo perfecto, en el que nunca ha pasado por la incomodidad de que un hombre le insista para pasar tiempo con ella. No ha pasado miedo por la reacción de algunos hombres (no todos) ante un rechazo. Por eso, expresa su opinión libremente.
Esto es algo que ocurre casi al principio de la película y que marca la que va a ser la tónica de su argumento. Un análisis del feminismo desde los extremos. Y, por supuesto, con humor.
Cuando Ken acude en busca de trabajo en el mundo real, en una de las empresas le dicen que hoy en día todo es más fácil para las mujeres. Porque eso es lo que dicen muchos empresarios. Se quejan de que se les dan facilidades a las mujeres, cuando en realidad, lo que se intenta, es equiparar las oportunidades de las que históricamente han gozado los hombres en una práctica exclusividad.
Barbie sí que hace un favor al feminismo. Puede que las niñas y adolescentes que hayan visto la película simplemente se hayan divertido viendo a los Kens pelearse con flechas de goma y caballitos de juguete. Pero, quizás, en su mente se haya sembrado una semilla que germinará cuando les pregunten en una entrevista de trabajo si tienen intención de ser madres. Quizás cuando un hombre las trate como si fuesen de su propiedad, bajo el falso pretexto del amor. Si esa semilla germina en el momento adecuado, Barbie habrá cumplido su función.