El Gobierno de Uruguay informó que sus reservas de agua potable están al 1,8% y que podrían acabarse dentro de 10 días. A su vez, las autoridades llamaron a la población a consumir preferentemente agua embotellada debido a los altos niveles de sodio en la que comenzó a distribuirse por las redes domiciliarias.
“La solución de fondo es que llueva”, había dicho la semana pasada el presidente Luis Lacalle Pou. No obstante, en las últimas horas el Instituto de Meteorología de Uruguay (Inumet) anticipó que no se pronostican lluvias para la zona en el corto plazo.
Sin embargo, la sequía que afecta a la región no sería la única razón de esta crisis hidrica que pone en jaque la supervivencia en Montevideo y zonas aledañas. El integrante fundador de la Red de Semillas y de la Coordinación por el Agua, Mauricio Vives señala como factores clave detrás de esta situación a la expansión sojera y la forestación con especies exóticas necesarias para la industria de la celulosa, muy extendida en la nación rioplatense.
“Si miramos un mapa hídrico de Uruguay, no parece posible que estemos pasando por esta crisis: tenemos una red tan extendida que no podes andar un kilómetro sin toparte con una cañadita, un arroyo o un río; el problema es que estas cuencas superficiales están todas contaminadas”, indica.
Sobre la responsabilidad gubernamental, Vives analiza que “el tema viene de principios de este siglo, con el desarrollo de un modelo extractivista para la exportación que cambió muy rápidamente la geografía y el uso de los suelos de Uruguay”.
Lo que se prevé es recurrir a las aguas del Río de La Plata, un paso que requerirá un largo proceso de potabilización. Por el momento, el Ministerio de Salud Pública sostuvo que “el posible escenario” es que el consumo quede restringido al agua embotellada.
Durante una conferencia improvisada, Lacalle Pou había advertido que se avecinaba un período en el que el agua no se podría beber y que una de las soluciones también podría ser que se terminen unas obras hídricas que se están realizando en Paso Belastiquí para llevar agua dulce desde el Río San José hasta el Santa Lucía.
«Me hago responsable y el Gobierno se hace responsable de lo que le toca. La sequía es la más grande de los últimos 70 años y hemos hecho lo posible para estirar la cantidad de agua bebible», añadió el mandatario.
En tanto, los trabajos en Paso Belastiquí se vienen realizando según los tiempos esperados. Según informó la prensa local, la reciente llegada de 500 metros de caños provenientes de Brasil y otros 500 más son clave para terminar el trabajo.
En tanto, la represa Campanario, que está en construcción, consiste en un dique sobre el río San José que va a tener la finalidad de embalsar la mayor cantidad de agua dulce de su cauce.
También se está avanzando en la obra para la captación y el trasvase desde el río San José al río Santa Lucía. El gobierno estima que la obra estará finalizada dentro de un mes.