Un emotivo abrazo entre el Papa Francisco y el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva caracterizó la audiencia celebrada esta tarde en la pequeña sala del Aula Pablo VI. Lula estuvo acompañado, entre otros, por su esposa Rosangela «Janja» da Silva.
Durante el encuentro, Lula extendió la invitación oficial al Pontífice para participar en la celebración «Círio de Nazaré» en honor a Nuestra Señora de Nazaret, que se realiza en octubre en Belém-Pará, estado amazónico, una de las celebraciones marianas más grandes del mundo. Entre otras cosas, la esposa del presidente le obsequió al Papa la imagen de «Nossa Senhora de Nazaré»
El pontífice argentino parecía estar de muy buen humor cuando recibió a Lula por unos 45 minutos, días después de haber sido dado de alta del hospital tras someterse a una cirugía abdominal. De pie, Francisco le entregó a Lula una placa de bronce de una flor titulada “La paz es una flor frágil”. Francisco comentó al mandatario brasileño: “Estamos en un momento de guerra; la paz es muy frágil”.
Posteriormente, Lula se reunió con el arzobispo Edgar Peña Parra, el “sustituto” venezolano en la Secretaría de Estado. De acuerdo con un comunicado emitido por el Vaticano, los dos hombres discutieron cuestiones sociopolíticas regionales así como la promoción de paz, la lucha contra la pobreza y la desigualdad y el respeto por los pueblos indígenas y la protección al medio ambiente.
La reunión se produjo en medio de un agitado día para Lula en Roma, que incluyó reuniones con el presidente italiano, con la primera ministra del país y con el alcalde de Roma, así como con el líder de la oposición de centro-izquierda.
Lula estuvo acompañado en el Vaticano por su esposa, que le entregó al papa una estatua de “Nuestra Señora de Nazaret”. Lo invitó a Brasil en octubre para una celebración en su honor en Belén, en el estado de Pará, en el centro de la selva tropical de la Amazonía, de acuerdo con reportes.
