Lamentablemente debemos contar con otra persona en situación de calle que fue hallada este domingo no por el Programa Buenos Aires Presente (BAP), ni por la Policía de la Ciudad, ni por ninguna otra autoridad del Ejecutivo porteño. Un vecino de Barracas quien conocía a este señor y que supo ayudarlo con un plato de comida caliente alguna vez, alertó que el hombre bastante mayor, se encontraba tirado sobre la vereda frente a su casa y tapado hasta la cabeza, no se movía desde hacía dos días. Las causas del fallecimiento todavía no están claras, lo mismo que su identidad: pese a que el Ministerio de Desarrollo Humano promocionó el censo que realizó sobre la población que vive en el peor de los mundos en abril pasado y la puesta en marcha del “Operativo Frío” como políticas públicas para contener la problemática, no lograron dar todavía con ningún dato relevante. De no ser por las organizaciones sociales y ONGs nucleadas en la Asamblea por los Derechos en Situación de Calle, sería otra muerte condenada al olvido.

Algo similar sucedió con la confirmación de otro caso, en Pompeya, a principios de junio. Según pudo reconstruir El Grito del Sur, otro vecino de la zona advirtió que salían fuego y humo negro desde una ranchada cerca de su casa. Desde la Policía de la Ciudad sólo tenían la información de que una vela había prendido un cartón. El incendio fue advertido por efectivos de la Comisaría 4D, pero nada más. Los afectados fueron Gisela Toledo y Alexander López, una pareja a la que la Iglesia de Caacupé les estaba tramitando un subsidio para sacarlos de la calle. Ambos llegaron al Instituto del Quemado con varias heridas e intoxicados con monóxido de carbono. Gisela se salvó, pero Alexander no. Falleció después de permanecer una semana en terapia intensiva.

Ambas muertes se suman a otras cuatro, tanto por hechos de violencia como “por la ausencia de políticas públicas y el abandono del Estado”, relevados en la Ciudad en lo que va del año por las organizaciones de la Asamblea, que de forma artesanal vienen realizando un conteo con el objetivo de evitar la impunidad que envuelve a estos casos.

En lo que va de este año, las organizaciones ya tienen relevadas al menos unas 20 muertes en todo el país, de las cuales seis fueron en territorio porteño. A las dos confirmadas recientemente, se suman otros cuatro casos: el 19 de marzo murió Cristian Walter Rizzo, de 42 años, tirado en una calle de Pompeya; el 28 de ese mismo mes falleció Loreley, una mujer migrante de 65 años, en las inmediaciones de la estación de Once, donde ranchaba; el 29 de mayo, efectivos de tránsito encontraron el cuerpo duro de un varón NN, en pleno Microcentro; y otro varón fue encontrado mientras se desangraba luego de un enfrentamiento en Recoleta.
Durante 2021, las organizaciones contaron 23 muertes en todo el país, de las cuales seis se produjeron en la Ciudad. En muchos casos figuran como “muerte natural”, pero la Asamblea cuestiona esa definición. “Las causas naturales en la situacion de calle responden al desconocimiento de las condiciones de extrema vulnerabilidad y de falta de asistencia por parte de los Estados, lo que se configura como determinantes sociales de la salud y enfermedad”, dijeron.